Este es un proyecto que fue uno de los ganadores en la versión XVIII del Concurso de Investigación y Creación para Académicos.
En el contexto de pandemia, los establecimientos educacionales se han visto forzados a continuar el año escolar a través de sistemas remotos de comunicación para mantener los resguardos sanitarios. Esta realidad golpeó a las familias más vulnerables, sobre todo a quienes viven en campamentos, en vista del poco acceso que tienen a internet y tecnología.
Es por ello, que los investigadores Kenzo Asahi (Escuela de Gobierno UC), Marigen Narea (Escuela de Psicología UC) y Matías Reyes (Centro de Estudios Socioterritoriales de la Fundación TECHO), postularon a fondos para levantar datos y hacer un diagnóstico de las situaciones que viven estas familias.
El proyecto llamado ‘Campamentos y educación escolar: diagnóstico para implementar un programa de amor preferencial por los “últimos”’ consiste en estudiar la realidad de 300 niñas, niños y adolescentes de comunidades que trabajan junto a TECHO-Chile, de manera de obtener indicadores de deserción escolar, avance educativo, percepciones futuras, bienestar psicológico y desarrollo de habilidades socioemocionales.
El proyecto fue uno de los ganadores de la convocatoria del XVIII Concurso de Investigación y Creación para Académicos, que fueron reconocidos y premiados este jueves 1 de julio por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana, en conjunto con la Vicerrectoría de Investigación (VRI) y la Vicerrectoría Adjunta de Asuntos Internacionales (VRAI) de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
“Este concurso ha demostrado ser la constatación del espíritu de colaboración y diálogo que en general se vive en el mundo de la academia y de la investigación, y cuya relevancia queda demostrada hoy más que nunca, pues pone el conocimiento al servicio de las personas e incentiva a poner en diálogo las distintas disciplinas con los valores cristianos”, destacó el rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez.
Respecto al proyecto, “existe preocupación por los efectos negativos en el nivel educacional por falta de oportunidades”, dice Kenzo Asahi, y agrega que si el diagnóstico se confirma, implicaría que tanto fundaciones como el Estado tendrían un deber ético de invertir en forma preferencial en los estudiantes más vulnerados y vulnerables del país.
“La Casen lo está diciendo, hay más de 40 mil niños fuera del sistema escolar. Estamos retrocediendo más de 10 años en lo que habíamos avanzado en deserción escolar. Lamentablemente vemos que los niños más excluidos del sistema son aquellos que además están siendo excluidos territorialmente. Que viven en campamentos, sin las medidas básicas de higiene”, agrega la académica de la Escuela de Psicología, Marigen Narea.
El equipo de investigación tendrá un año como plazo para desarrollar el proyecto. Para esta convocatoria, el comité del fallo determinó que 15 proyectos ―nueve en la categoría nacional y seis en la internacional― se adjudicaran los fondos tras evaluarse su calidad, originalidad, viabilidad de ejecución e identidad católica.