En este Día de la Solidaridad, recordamos el mensaje y legado del Padre Hurtado, que hemos recibido como carta magna desde los orígenes tanto de Fundación Vivienda como de TECHO-Chile. Es parte de nuestro ADN y algo que debemos cuidar, perpetuar y sentirnos orgullosas y orgullos: de nuestra historia, de nuestro espíritu, de nuestro modo de proceder, porque en este lugar, las cosas se hacen de una manera particular.
Esa caridad/solidaridad es el fuego que nos ha hecho mirar desde los territorios el dolor y sufrimiento de nuestra gente. Nos ha hecho hacer propio el clamor por justicia y dignidad que arrebata la vida de las familias con las que trabajamos.
Este 18 de agosto estaremos atentos y atentas a las familias de los campamentos que se encuentran a la espera de estas lluvias necesarias para el país, pero que también causan tanto daño, precisamente, a los que como sociedad tantas veces olvidamos.
En este mismo 18 de agosto, los equipos de TECHO de muchos países nos estamos organizando para ir en ayuda del pueblo haitiano, nuevamente golpeado por un terremoto. El 2010 nos movilizamos desde Chile, y hoy con orgullo podemos decir que somos 17 países que estamos unidos para comenzar el proceso de reconstrucción.
En este Día de la Solidaridad, junto con agradecer su compromiso constante y fundamental, los invito a que podamos honrar la memoria del Padre Hurtado, trabajando y vinculándonos con los que más nos necesitan. Porque en TECHO y Fundación Vivienda son las personas, las familias, las que nos movilizan. Sigamos siendo “un fuego que enciende otros fuegos”.
Héctor Guarda SJ,
Capellán TECHO-Chile