Desde el 2011 a la fecha, los campamentos han aumentado de manera sostenida en Chile. Ese aumento vino a revelar la profunda desigualdad de nuestro país y la fragilidad de esta población vulnerable ante distintos eventos que puedan afectar su sistema económico, como quedó en evidencia tras el estallido social y la pandemia.
Parte importante de esta población se encuentra bajo condiciones de riesgos ante desastres socio-naturales, como tsunamis, remociones en masa, inundaciones, incendios, entre otros. Y si bien sabemos que Chile es un país propenso a distintas amenazas naturales, es la vulnerabilidad de la población y la exposición a estos eventos lo que determina el nivel de afectación a las distintas comunidades.
Estas familias son también altamente vulnerables en cuanto a sus condiciones económicas y de vivienda, lo que aumenta el riesgo de desastres socio-naturales.
El aumento de campamentos en los últimos años, muchos emplazados en zonas de riesgo, nos obliga a generar planes de acción de desastres que contemplen las múltiples realidades territoriales y diversidad de las comunidades que viven en estos asentamientos, así como también nos urge a trabajar en el tema de fondo.
Porque el hecho de que la mayoría de familias de campamento se encontrara previamente en situación de hacinamiento o allegamiento no sólo revela la profunda vulnerabilidad de esta población, sino que da cuenta de que el problema mayor radica en el déficit habitacional de nuestro país.
Pía Palacios | Directora Centro de Estudios Socioterritoriales TECHO-Chile y Fundación Vivienda.