Villa San Luis, Las Condes. Foto: Emol.
En el medio de altos y modernos edificios de cristal permanecen los restos de la Villa San Luis de La Condes, un conjunto habitacional construido entre 1971 y 1972 bajo la supervisión de la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU), durante el gobierno de Salvador Allende.
El Premio Nacional de Arquitectura y Director Ejecutivo de la CORMU durante dicho gobierno, Miguel Lawner asegura que “la Villa San Luis es el ejemplo más icónico de que es posible una auténtica integración social cuando el Estado dispone de las atribuciones para combatir la especulación con el valor del suelo urbano”.
A principios de los 70, Las Condes era una de las comunas con mayor cantidad de campamentos en Santiago, especialmente en las riberas del río Mapocho. La participación de los pobladores organizados en comités permitió crear una experiencia innovadora: construir viviendas con nombre y apellido, en una época en la que los programas habitacionales eran anónimos. El Estado construía proyectos de viviendas desconociendo a sus destinatarios.
“Los conjuntos habitacionales fueron concebidos conforme a los principios de las unidades vecinales, es decir, provistos de todo sus equipamientos sociales, culturales, comerciales o de esparcimiento. Pueden haberse entregado estos conjuntos habitacionales sin la totalidad de estos equipamientos, pero se reservaron los espacios para su futura construcción. De esta manera, Chile se hizo de un parque de viviendas sociales de alto valor patrimonial y varias de ellas son hoy monumentos nacionales”, explica Lawner.
La Villa San Luis de Las Condes se construyó en parte del terreno que había sido el Fundo San Luis, propiedad del ex alcalde de Providencia Ricardo Lyon. Hoy, lo que queda del complejo habitacional, que en su minuto albergó a 1.038 familias, se encuentra en medio de un barrio empresarial.
“Este proyecto permitió entregar una vivienda digna y adecuada a mil familias establecidas, en su gran mayoría, en la ribera norte del Río Mapocho, en condiciones de habitabilidad inaceptables. Con la construcción de la Villa San Luis, Las Condes dejó de exhibir ese asentamiento. Fue una enorme conquista social y urbana para la comuna”, agrega el arquitecto.
La Unidad Popular, a través de la CORMU, formuló sus programas a partir de la activa participación de los pobladores, un mecanismo de preasignaciones y “una fórmula llamada Concurso Oferta, consistente en la sociedad de empresas constructoras con oficinas de arquitectura que presentan ofertas en base a un plano seccional elaborado por la CORMU. De esta manera, no hay espacio para soluciones aberrantes en materia de densidad habitacional como ocurre, por ejemplo, con los guetos verticales de Estación Central. En cambio, hacemos realidad el anhelo de una ciudad para todos”.
“Así, en el caso del proyecto para la Villa San Luis, concurrieron a su diseño varios arquitectos ganadores del Premio Nacional, lo que aseguró los valores patrimoniales del conjunto habitacional. Eso fue posible por las atribuciones de la CORMU para adquirir y o expropiar buenos suelos urbanos, lo cual permitió ponerlos a disposición de las familias de Las Condes sin casa o residentes en asentamientos muy precarios”, recuerda el ex director de la CORMU.
Si bien hoy, mirando lo que queda de la Villa San Luis de Las Condes, cuesta imaginarse ese innovador complejo de viviendas sociales que fue hace 50 años, no hay duda de que incluso los restos más mínimos de este proyecto habitacional son la prueba de que en Chile la integración urbana y social fue una realidad.
“No fue una expresión retórica de la integración social urbana como tanto se pregona actualmente. La Villa San Luis no fue una utopía, fue una realidad, y es un ejemplo de que las políticas públicas pueden materializar la aspiración de tener ciudades integradas, trayendo consigo beneficios incalculables desde el punto de vista social y humano”, concluye Miguel Lawner.
#ViviendayPatrimonio