En diciembre publicamos junto a la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica la segunda ola de nuestra encuesta «Impacto del COVID-19 en campamentos de Chile», y los resultados son alarmantes. Porque si bien de mayo a septiembre de este año aumentaron las confianzas en la capacidad de las autoridades de hacer frente a la pandemia (de un 26% a un 30%), sólo un 25% de las y los entrevistados ha mantenido su empleo y un 41% padece 3 o más síntomas de malestar en su salud mental.
La pérdida de ingreso de quienes viven en campamento ha disminuido en el tiempo (de un 75% en mayo a un 69% en septiembre), sólo un 25% ha mantenido su empleo durante la pandemia.
La expectativa de recuperar los ingresos una vez terminada la pandemia también ha empeorado: en mayo, el 21% de los entrevistados aseguró que podría recuperar sus ingresos en 30 días y sólo un 13% declaró que demoraría más de 6 meses. En septiembre, quienes declararon que demorarían 30 días bajó a un 8%, mientras que quienes declararon que demorarían más de 6 meses, subió a un 40%.
Y si bien aumentaron las confianzas en autoridades para hacer frente a la pandemia en sus sectores (de un 26% a un 30%) y la capacidad de los hospitales y servicios de salud (de un 30% a un 39%), el 41% de los entrevistados declara padecer 3 o más síntomas de salud mental (versus un 33% en mayo).
Los síntomas que más se repiten, son el estar con poco apetito o comiendo mucho (46%), con problemas para dormir o durmiendo mucho (43%), cansado o con poca energía (39%), y el estar bajoneado o deprimido (37%).
Revisa todos los resultados de nuestra encuesta acá.